Fue allá por el año 1992 cuando debido a una re-estructuración en la empresa en la que estaba trabajando me vi obligado a dar un vuelco a mi vida profesional, y algo que hasta entonces simplemente me había llamado la atención paso a convertirse en mi verdadera vocación, quizá fuera siempre, aunque yo no lo supiera.
Recuerdo cuando realice la entrevista de trabajo para poder empezar a trabajar en una empresa de ambulancias, por aquel entonces la entrevista constaba de: ¿Tiene usted el BTP?, ¿Conoce usted Madrid?, ¿sabrá usted manejar el callejero?, lo que venia siendo el GPS de la época! Ahh bueno, y córtese el pelo y quítese los pendientes, hay que dar imagen.
Esa era toda la formación necesaria para trabajar de “ambulanciero”, como odio esa palabra, nadie se molestaba en preguntar si tenias conocimientos de primeros auxilios o algo similar. Alee, te hacían una prueba de conducción, una vuelta a la manzana, y si no te estrellabas a la mañana siguiente “te soltaban” a funcionar.
Gracias a dios aquello ya está lejos, fueron malos comienzos para todo el que empezábamos en esto, no había material, los vehículos eran bajos, R-21, Citroën CX, cosas así, y sobre todo rezabas por que no te encontraras ningún “marrón” porque como no le pusieras las manos en el pecho, poco más podías hacer. Todo el día corriendo y quemando la sirena, no por que fuera un servicio urgente, sino porque había mucho trabajo y la empresa te forzaba a hacerlo así.
La formación no es que fuera escasa, simplemente no existía, las empresas no formaban a los trabajadores, y lo poco que existía te lo tenias que costear tu de tu bolsillo, bueno en esto tampoco es que hayamos mejorado mucho.
Cuando llegabas a un domicilio lo primero que hacías era visitar la cocina para ver si las sillas eran robustas y así poder bajar al paciente relativamente cómodo. Esto fue así durante unos pocos años, nos íbamos formando como podíamos, empleando nuestro tiempo libre y nuestros ahorros para ser cada día un poco más, porque como siempre he dicho, Este trabajo está hecho para que te guste, si no es así, no entres.
«Siempre han existido compañeros que han luchado por la profesionalización del sector, y que, con modestia me incluyo, han ido dando pasos para que esto se fuera produciendo.»
Allá por el año 1997, la comunidad de Madrid (siempre hablare de la comunidad de Madrid porqué es donde he crecido laboralmente, aunque seguramente en otras comunidades las condiciones fueran bastante peores) en la Orden 560/1997 del 17 de marzo, por primera vez “establece los criterios que permitan garantizar los niveles mínimos de formación del personal dedicado al transporte sanitario en ambulancia”. Debieron empezar a darse cuenta que no éramos simples “transportistas de carne”, y aunque escasa, esta normativa empezaba a allanar el camino en la profesionalización y formación del, por aquel entonces “Técnico en Emergencias Médicas”.
En la Comunidad de Madrid, se llamaba así, en otras comunidades tenia distintos nombres, TTS, ATS, etc. Con esta Orden se crea el perfil del TEM Básico y Avanzado.
Como he dicho se crea la Figura del Técnico en Emergencias Médicas, básico, con una formación, échense a temblar, de 35 horas teóricas y 32 horas prácticas. Y la del Técnico en Emergencias Médicas Avanzado, este ya es la leche con 40 horas teóricas y 80 horas prácticas. Con esta formación ya casi podíamos operar a corazón abierto.
Esta formación, que ni tan siquiera era reglada, para no ser de otra manera, en muchos casos corría de nuestro bolsillo, es decir, te la tenías que costear tú. Pero al que realmente le gustaba lo hacía, con esfuerzos, pero se hacía. Así ibas sumando currículo y formación.
Pero, cabezotas de nosotros, seguimos pensando que nos merecíamos algo más, que no éramos simples “chicos de los recados” y poco a poco nos teníamos que hacer un hueco, un importante hueco en el mundo de las Emergencias. Trabajo que ha costado mucho, hemos tenido que demostrar que valemos, que valemos y que somos necesarios, aunque otros pensaran y sigan pensando que no.
Por el año 2007, después de mil trabas, de mil zancadillas, se publica el Real Decreto 1397/2007 de 29 de octubre, por el que se establece el título de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias y se fijan sus enseñanzas mínimas.
Por fin una enseñanza reglada, una titulación oficial, una FP de grado medio, 2000 horas de formación. Una enseñanza común y válida a todo el territorio nacional, en la que se establece nuestras competencias, que no te hace ni mejor ni peor profesional, pero que nos va colocando en el lugar que nos merecemos, que hace que la gente reconozca nuestra labor y que nos hace mas grandes aun si cabe.
Algo que bajo mi punto de vista era mejor en el la normativa del TEM frente a la del TES, es que aquí, te obligaban a estar inscrito en un registro de la comunidad y presentar un reciclaje cada tres años de sesenta horas mínimo para el avanzado y treinta para el básico. Al entrar en vigor la normativa actual del TES esto ya no es así, no existe registro alguno, somos los únicos, y no hay horas de reciclaje.
Posteriormente se publica el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo, con alguna modificación posterior de la cual no voy a hablar “por el que se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los vehículos de transporte sanitario por carretera”. Se establecen los tipos de ambulancias y, algo muy importante, el personal que debe ir en cada una de ellas.
Esta formación, que supuestamente debería ser publica y gratuita, en la comunidad de Madrid, también nos la hemos tenido que costear de nuestro bolsillo en muchos casos en otros irse a otras comunidades donde si existía oferta pública, ya que existen pocos centros públicos donde se impartan. Digamos que esto es otra traba en nuestra profesionalización.
Aun así, todavía tenemos que luchar por demostrar nuestra valía todos y cada uno de los días en los que prestamos servicio, el camino no se ha terminado, todavía existen personas que se resisten a reconocer nuestra labor, todavía existen personas que nos echan zancadillas, y lo peor de todo, y esto puede ser políticamente incorrecto, en muchos casos el peor enemigo del Técnico en Emergencias Sanitarias es……El propio Técnico en Emergencias Sanitarias.
A fecha de hoy 2019, somos capaces de participar y organizar congresos nacionales, formar parte de directivas de entidades científicas de renombrado prestigio, pertenecer a comités de investigación, pero esto no tiene ni debe acabarse aquí, queda mucho camino por recorrer, y aunque se nos pida mas que a nadie seguiremos demostrando nuestra valía.
En mi caso y para terminar diré que no me arrepiento en absoluto de la decisión que tomé hace ya veintiséis años, que no me arrepiento de todos y cada uno de los pasos que he dado dentro de este mundo, que no me arrepiento de los buenos y malos momentos que he pasado, y que seguiré pasando hasta que el cuerpo aguante, porque soy un Técnico en Emergencias Sanitarias apasionado por su trabajo.
Por José Tejero Jacobe;
1994-2004 Ambulancias Europa.
2004-2016 Summa 112
2016- Actualidad Samur Pc.
Técnico en Emergencias Sanitarias. (Madrid)